martes, octubre 17, 2006

Joseph Djugashvili: un personajazo

Conversamos largo y tendido acerca de lo que fue la revolución bolchevique, acerca de la manera en que Lenin entendió el socialismo. Analizamos la coyuntura vivida cuándo quedó claro que el socialismo prendería solamente en la atrasada Rusia. Empezamos a conocer aquello en lo que se fue convirtiendo la revolución, cuando logró ascender a la cúspide de PCUS Joseph Djugashvili. O sea, Stalin.

Este georgiano había adoptado el nombre de Stalin (“hombre de hierro”), luego unirse a los bolcheviques, en el año de 1904. Pero su apellido era lo único que asustaba. Porque dentro del partido Stalin había hecho carrera como un burócrata, no como ideólogo, ni menos como hombre de acción. Pequeño de estatura, inseguro, suspicaz, de presencia opaca, no parecía tener gran futuro político en la revolución.

Al fallecer Lenin se inició una dura lucha interna al interior de la primera camada de revolucionarios. Todos esperaban que se impusiera Trotsky, cabeza del Ejército Rojo. Un hombre intelectualmente elevado, que era muy respetado entre los bolcheviques.

Nadie daba mucho por su Stalin. Troksky, dicen, lo llamaba “la mediocridad más eminente del partido”. Lenin no tenía una opinión mucho mejor. En su testamento fue claro: Stalin debía ser removido de su cargo, cualquiera podía ser su sucesor, menos él.

Pero este burócrata supo moverse muy bien dentro del partido. Hacia fines de la década su figura había logrado adquirir un predominio incontrarrestable dentro del partido. Esto quedó de manifiesto cuando logró someter a proceso a Trotsky, bajo la acusación grave de “revisionismo”. En el congreso del PCUS de 1927 se hizo una gran votación: 854.000 miembros votaron a favor de su culpabilidad, sólo 4000 en contra. Fue mandado a Siberia. Luego exiliado en México. Finalmente Stalin lo mandó a matar, el año de 1940.

Stalin se tomó la revolución e inició una dictadura sin parangón, que se proyectó hasta el año de su muerte en 1953. Bajo su mandato se adulteró completamente el contenido político de este experimento socialista. A partir de entonces la URRS se concentró en dos objetivos muy concretos: modernizar la agricultura a través de la colectivización de la producción e industrializar en tiempo récord la URRS para sacarla del subdesarrollo y amagar las amenazas internas y externas que confrontaba su poder, usando como instrumento el terror.

Ya conversamos de todo ésto, también de lo que comportó. Para aquellos de ustedes que quieran conocer las razones que motivaron su política agraria, lean los párrafos que dedica a la "Cuestión campesina" en Fundamentos del leninismo (una especie de catecismo que el régimen hacía que todo el mundo debiera aprenderse de memoria).

El programa de industrialización acelerada de Stalin fue exitosísimo. La política campesina, en cambio, fue un desastre, que va a ir minando lentamente la viabilidad del régimen.

Ojo con este tema: el Este tema reviste interés especial para las materias que estamos discutiendo. Las naciones tercermundistas (incluido Chile) que fundamentaron sus programas de modernización en el modelo soviético copiaron sin discriminar: tanto los planes quinquenales como la misma lamentable reforma agraria que a los soviéticos les produjo tantos problemas.